Un conte de l'écrivain uruguayen Eduardo Galeano, pour le plaisir des mots (...et des images!)
LA CASA DE LAS PALABRAS
En EL LIBRO DE LOS ABRAZOS (1987)
A la casa de las palabras, soñó Helena Villagra, acudían los poetas. Las palabras, guardadas en viejos frascos de cristal, esperaban a los poetas y se les ofrecían, locas de ganas de ser elegidas: ellas rogaban a los poetas que las miraran, que las olieran, que las tocaran, que las lamieran. Los poetas abrían los frascos, probaban palabras con el dedo y entonces se relamían o fruncían la nariz. Los poetas andaban en busca de palabras que no conocían, y también buscaban palabras que conocían y habían perdido.
En la casa de las palabras había una mesa de los colores y cada poeta se servía del color que le hacía falta: amarillo limón o amarilo sol, azul de mar o de humo, rojo lacre, rojo sangre, rojo vino...
Eduardo GALEANO
(A. Privat)