Al principio de este libro, tenemos una receta de cocina. La cebolla se poner en el centro de la historia. La cebolla esta mostrada como el origen de lágrimas que acompañan a Tita desde que estaba en el vientre de su madre. Desde la infancia ella sabía que su destino estaba en la cocina, por nacer en ella. Ella desarrolará un inmenso amor por la cocina. Mamá Elena contribuyó a este amor. Tita ha vivido toda su vida en la cocina sin comprender y sin ser comprendida por el mundo exterior. Por lo tanto, creó un vínculo con Nacha que es la cocinera de la casa.

Durante una comida de familia a la edad de 15 años, ella anuncia que un joven que se llama Pedro Muzquiz quiere hablar con ella, se agrega el amor a la historia. Este tema ha demostrado ser bastante delicado dentro de una familia sin comunicación. La tradición es muy importante para Mama Elena, asi no está de acuerdo con el matrimonio entre Pedro y Tita.

Al cabo de un tiempo, Pedro se presentó acompañado de su padre y le pidió a Mamá Elena casarse con Tita. Ella le explica que, si Pedro quería casarse, se podía casar con su hermana mayor Rosaura.

Después, Chencha que ha escuchado la conversación corrió a repetir a las muchachas, lo que había escuchada.

Entonces, Pedro acceptó y le explica a su padre que era una manera de seguir en contacto con la mujer que ama, tita.

Cuando Nacha, la cocinera de la casa, repite estas informaciones a Tita, sintió un frío intenso que empezó a invadir su cuerpo. Además, recordó su primer encuentro con Pedro, este se le había declarado en su casa, cuando invitaron a la familia de Pedro a comer. Tita describe este encuentro a través de métaforas ligadas a la comida que intensificaron este flechazo.

En efecto, cuando Pedro le había hablado de matrimonio, una colcha cosida a gancho se termina al cabo del año de haberla empezado y cosió y lloró tanto que a la mañana sigiente y a la había terminado.

 

Yesline y Ella